Tiene más de 1800 etiquetas, entre vinos provinciales que recorren la ruta 40, espumantes y vinos de exportación. Y, además, una viña propia, en el fondo del local.
“Los productos más accesibles que vendemos son las damajuanas; el más sofisticado, un Don Perignon 2004 vintage de $153 mil pesos”, cuenta Carlos Bórbore, vinotequero y dueño de La Bodega de Bórbore, ubicada en Villa Devoto, zona del Distrito del Vino. “Cualquier persona que esté en el rango entre esos dos productos, es cliente nuestro”, remata.
La vinoteca, con mayoría de vinos de industria nacional, cuenta con sectores donde se organizan los vinos por provincias y regiones. “La Ciudad de Buenos Aires es el faro del país, es el mejor lugar para que cualquier actor de la industria vitivinícola proyecte su luz”, destaca Bórbore. El vinotequero aclara, además, que para estar en su local, no se necesitan requisitos ni condiciones: la bodega que desee estar allí, sólo debe visitarlo y mostrarle sus productos.
El Distrito del Vino es una iniciativa pública privada, impulsada por el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción de la Ciudad, que busca posicionar a la industria vitivinícola. Está comprendido por los barrios de Villa Devoto, Villa del Parque y La Paternal. Las empresas que quieran formar parte, serán acompañadas por el Gobierno de la Ciudad, mediante beneficios económicos.
En el fondo del negocio, existe un jardín con 150 especies distintas de plantas que, además de diversas especies frutales y aromáticas, incluye vides y un espaldero, y hasta un árbol Boj hebe, originario de Nueva Zelanda, con cuya madera se hacen las clavijas de los violines y los violonchelos.
“La primera vid se plantó hace 20 años. Hay otras dos que nos regaló la bodega Lurton -cepa Pinot Gris-, que se plantaron hace 19 años. El espaldero se comenzó hace 16 años, con cepas de Cabernet y de uva criolla”, recuerda Bórbore, quién agrega, además, que las cepas de Malbec se las regaló Patricia Ortíz -actual presidenta de Bodegas de Argentina-; y las de Torrontés, el dueño de Bodega La Puerta. “Hace unos meses vino Martín Lousteau a conocer el local y quedó fascinado con el espaldero y con las vides”, evoca.
También cuenta que, todos los inviernos, organizan allí la Fiesta de la Poda, que consiste en invitar a los clientes de la vinoteca a comer un locro, y que suele contar con jardineros o eminencias de la industria vitivinícola que van a podar las vides y el espaldero, y que explican cómo debe realizarse la poda.
Carlos Bórbore, oriundo de la provincia argentina de San Juan, donde era bodeguero, fundó la vinoteca en 2002. De familia de bodegueros, lleva en la sangre la pasión por todo lo relacionado a la industria vitivinícola.
La Bodega de Bórbore, a pesar de tener su propio viñedo, no produce aún su propio vino, pero existe un proyecto vinculado a la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Buenos Aires, que tiene su propia bodega de más de 100 años de antigüedad, para producirlo.
“Somos un viñedo de altura: estamos 17 y ½ metros sobre el nivel del río; ¡el más alto de la Ciudad!”, se permite bromear Bórbore.
Fuente : Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.