El éxodo de personas hacia las afueras de la ciudad y el interior del país que arrancó el pasado jueves 12 de octubre en horas de la tarde y que se extendió los días viernes 13 a lunes 16 (feriados por el Día del Respeto y la Diversidad Cultural y Puente con fines turísticos), dejó desértica a la Ciudad y con poca actividad, lo que se hizo notar en la zona norte de la ciudad.
Los circuitos al aire libre, tales como la Feria de la Plaza Cortázar, el Distrito Los Arcos, en el barrio de Palermo; el “Barrio Chino” de Belgrano y las plazas de Recoleta se vieron con poca concurrencia de gente al tiempo que hubo un marcado descenso en la actividad comercial y turística en general, propio de la escasa cantidad de gente que quedó en la Ciudad. Salvo, algunos horarios bastante cortos, las ferias y comercios, aún en lugares turísticos, no funcionaron al cien por ciento.
El domingo 15, Día de la Madre pudo observarse un poco más de movimiento en el transito vehicular y algunos resto bar con un poco mas de apertura, pero en verdad, muy escaso. Para quienes se quedaron en la ciudad, ello resultó beneficioso en algún punto en relación a la mayor soltura en los paseos al aire libre y reserva de mesas para almorzar o cenar.
El Bus turístico de la Ciudad funcionó con horarios y recorridos habituales, siendo abordado mayormente por turistas extranjeros que recorrieron los barrios más emblemáticos de Buenos Aires. En este sentido, pudo verse el clásico Bus amarillo que realiza un recorrido por la zona norte (Palermo –Recoleta -Teatro Colón -Avenida de Mayo -Plaza del Congreso -Paseo de la Historieta -Plaza Dorrego, entre otros).
En la Ciudad de Buenos Aires, aunque desértica y con pocas actividades, el clima resultó esplendido, con sol y temperatura agradable y quien se quedó, pudo disfrutar de Buenos Aires a su manera.