Por Carlos Aletto. El libro de Gabriel García Márquez «Noticia de un secuestro», basada en los hechos reales de diez víctimas del narcoterrorismo en Colombia en los 90, pasó a formato audiovisual en una miniserie, con la producción del hijo del escritor, Rodrigo García Barcha, treinta años después de la publicación de la obra.
Una de las primeras frases de la miniserie de seis capítulos, que emite la plataforma Prime Video, y se conecta fuertemente con el libro de García Márquez, tiene que ver con el momento en que dos mujeres que serán secuestradas (Maruja Pachón y Beatriz Villamizar) pasan por un puente y ven escrita la frase «Preferimos una tumba en Colombia a una celda en los Estados Unidos».
Esta frase sintetiza el pensamiento de los denominados «extraditables», cuyo líder era Pablo Escobar. «El motivo principal de esa guerra era el terror de los narcotraficantes ante la posibilidad de ser extraditados a los Estados Unidos, donde podían juzgarlos por delitos cometidos allí, y someterlos a condenas descomunales», dice García Márquez en este libro con personajes y lugares lejanos al realismo mágico y a Macondo.
En 1987 el traficante colombiano Carlos Lehder había sido condenado por un tribunal de los Estados Unidos a prisión perpetua más ciento treinta años. El presidente colombiano Julio César Turbay acordó por primera vez la extradición de ciudadanos nacionales. «Los narcos -aterrorizados por el largo brazo de los Estados Unidos en el mundo entero- se dieron cuenta de que no tenían otro lugar más seguro que Colombia y terminaron por ser prófugos clandestinos dentro de su propio país.
La gran ironía era que no les quedaba más alternativa que ponerse bajo la protección del Estado para salvar el pellejo», explica el autor de «Cien años de soledad». De ahí el nombre empresarial «Los extraditables»: estos delincuentes del narcotráfico que se entregaban a los jueces y confesaban algunos o todos sus delitos podían obtener como beneficio principal la no extradición. Los narcoterroristas para lograr su objetico usaban tácticas como el secuestro y las amenazas e impusieron el terror en la sociedad colombiana.
García Márquez narra en «Gratitudes», una forma de prólogo del libro, la génesis de la obra donde dice: «Maruja Pachón y su esposo, Alberto Villamizar, me propusieron en octubre de 1993 que escribiera un libro con las experiencias de ella durante su secuestro de seis meses, y las arduas diligencias en que él se empeñó hasta que logró liberarla.»
Ya comenzada la escritura, el autor de «El coronel no tiene quien le escriba» advierte que era imposible desvincular aquel secuestro de los otros nueve que ocurrieron al mismo tiempo en el país: «En realidad, no eran diez secuestros distintos -como nos pareció a primera vista- sino un solo secuestro colectivo de diez personas muy bien escogidas, y ejecutado por una misma empresa con una misma y única finalidad», señaló.
Por eso el trabajo previsto para un año se prolongó por casi tres, «siempre con la colaboración cuidadosa y oportuna de Maruja y Alberto, cuyos relatos personales son el eje central y el hilo conductor de este libro».
Rodrigo García Barcha fue el mayor impulsor para producir la adaptación de «Noticia de un secuestro», estrenada el 12 de agosto. La miniserie tiene 6 episodios de una hora de duración cada uno, con dirección del chileno Andrés Wood. El hijo del escritor ya había realizado «The Affair» y «Six Feet Under».
La serie, que se podrá ver en Amazon Prime Video, está protagonizada por algunos de los actores más conocidos de Colombia como Cristina Umaña y Juan Pablo Raba y está disponible exclusivamente en Prime Video en más de 240 países.
«Noticia de un secuestro» no es el primer relato del escritor nacido en Aracataca en 1927 que es llevado, luego de varias idas y vueltas, al formato audiovisual. Sin ir más lejos la plataforma Netflix anunció en el 2019 que había conseguido negociar con Rodrigo García y Gonzalo García Barcha, los hijos del escritor, y obtener los derechos de «Cien años de Soledad», la novela más notable del Premio Nobel de Literatura, que será transformada en una serie. En junio de este año comenzaron a realizar el casting de actores para interpretar a los personajes de la novela publicada en 1967, que ha vendido más de 50 millones de copias en 46 idiomas.
Más de veinte obras de García Márquez fueron adaptadas al cine entre ellas Memoria de mis putas tristes (2011), de Henning Carlsen; El amor en los tiempos del cólera (2007), de Mike Newell; El coronel no tiene quien le escriba (1999), de Arturo Ripstein; Crónica de una muerte anunciada (1987), de Francesco Rosi; La viuda de Montiel (1979), de Miguel Littín; En este pueblo no hay ladrones (1965), de Alberto Isaac, donde actuaron Juan Rulfo como el jugador de dominó, Luis Buñuel como el cura y el propio escritor como el cobrador del cine.
La relación de García Márquez con el séptimo arte fue de acercamiento y rechazo. En 1955 se matriculó en el «Centro Experimental de Cinematografía de Roma. En ese momento declaró: «Al principio quise ser director y lo único que realmente he estudiado es cine. Ahora apenas voy porque llego a la sala y termino firmando autógrafos. Sólo veo sesiones privadas, en televisión no me gusta», decía en una de las entrevistas.
García Márquez también ha escrito de cine. Fue uno de los columnistas cinematográficos más reputados de América Latina: en 1948, a los veinte años, trabajó para El Universal de Cartagena y en 1950 para El Heraldo de Barranquilla, donde escribió reseñas de cine. En 1954, pasó a El Espectador, de Bogotá.
En 1986 creó la «Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano» en Cuba, con obras coproducidas junto a la televisión española, de allí resultan varias películas, que aparecen en 1988. La idea era reunir a los más brillantes storytellers hispanoamericanos con directores del continente para llevar al cine sus textos.
La finalidad de «Noticia de un secuestro», un libro anómalo en la obra de García Márquez fue, según palabras del autor, hacer «posible que no quedara en el olvido este drama bestial, que por desgracia es sólo un episodio del holocausto bíblico en que Colombia se consume desde hace más de veinte años… con la esperanza de que nunca más nos suceda este libro». Este objetivo de «Gabo» se cumple con la miniserie. Fuente: Agencia Télam