Más de 4000 personas visitaron durante el mes de abril la exhibición “El dorado. Un territorio” que, mediante una selección de obras de arte contemporáneo latinoamericano y piezas de época, revisa el impacto que tuvo en América una de las leyendas más influyentes en la historia de la humanidad. La supuesta existencia de una ciudad llena de oro y metales preciosos alentó en el siglo XV la llegada de los exploradores europeos, dispuestos a encontrar ese lugar imaginado. A modo de un viaje por el túnel del tiempo, Proa invita a los espectadores a descubrir y resignificar las riquezas halladas en el continente, aquí espontáneamente devenidas en selfie points de la muestra, como la obra de la colombiana Olga de Amaral, las alas de plata de la colección del Museo Isaac Fernández Blanco y la instalación de Marta Minujín, que anima a los visitantes a pagar con choclos su parte de la deuda externa argentina.
La participación en las redes da cuenta del interés que despierta el tema, y su notable vigencia: solo en Instagram “El dorado.Un territorio” alcanzó 300.000 cuentas en abril, y 28.500 personas interactuaron en las publicaciones. La exhibición puede visitarse de miércoles a domingo de 12 a 19 h, hasta fines de agosto próximo.
El dorado. Un territorio. Procedentes de instituciones públicas y privadas, y colecciones particulares, un conjunto de obras de artistas latinoamericanos atraviesa – mediante videos, instalaciones y performances – temas que van desde la materialidad, el sincretismo, los procesos de transformación y el paisaje de un territorio pródigo en recursos y materias primas que cambiaron el mundo a partir del siglo XVI.
Agrupadas en distintos núcleos argumentales se presentan piezas emblemáticas como la balsa de Clorindo Testa, los experimentos con la papa de Víctor Grippo y los mensajes dorados de Mathias Goeritz, Stefan Brüggemann, Laura Vinci, Leda Catunda y Olga de Amaral; se suman Pedro Terán, Mazenett & Quiroga, Andrés Bedoya, Betsabée Romero, Ximena Garrido Lecca, Santiago Montoya, Gastón Ugalde, Iván Argote, Tania Candiani, Florencia Sadir y Benvenuto Chavajay Ixtetela; Marta Minujín y Evi Tártari construye textiles con chalas, entre otras obras que conviven con objetos originales del período colonial cedidos en préstamo por el Museo Fernández Blanco, entre ellos, la serie de capas pluviales, el par de alas de plata y una coquera realizada en el mismo material durante el siglo XIX.
“El dorado. Un territorio” es un proyecto conjunto de Fundación Proa, Americas Society y el Museo Amparo. Las tres instituciones se reunieron entre 2021 y 2022 para profundizar en la problemática del mito de El dorado y su vigencia.
“El dorado, ¿existió o no? Proa decide abordar el tema a partir de esta pregunta, para buscar respuestas en el territorio. ¿El dorado existió a través de las materias primas y la inmensidad de recursos que había en América?. Como se ha dicho más arriba, Marta Minujín lo expresa en su obra Pago de la deuda externa argentina a Andy Warhol, en la que salda la deuda con maíz. Podemos decir que todas esas riquezas del Nuevo Mundo cambiaron la vida cotidiana de Oriente y Occidente, por supuesto, sin olvidar el costo y las consecuencias que tuvo para los protagonistas” explica Adriana Rosenberg, directora de Fundación Proa. “¿Por qué obras de arte contemporáneo, y no históricas? En principio, somos un centro de arte contemporáneo, y creemos que revisitar la historia exige hacerlo con herramientas del presente como el video, la fotografía, las instalaciones. Es el lenguaje al que estamos acostumbrados, tanto el artista como el espectador”. “El dorado. Un territorio” está concebida por el equipo de Fundación Proa sobre la base de la investigación realizada durante el Seminario a cargo de Edward Sullivan.
Visita guiada a cargo de Lucila Iglesias y Carlos Rossi Elgue
Visita guiada a cargo de Rodrigo Alonso
Proyecto El dorado
Instituciones
Fundación Proa, Buenos Aires, Argentina Americas Society, Nueva York, Estados Unidos Museo Amparo, Puebla, México
Comité curatorial
Adriana Rosenberg – Aimé Iglesias Lukin – Ramiro Martínez