Abuelas de Plaza de Mayo anunció ayer a través de un comunicado, la recuperación de la identidad del nieto 133, apropiado durante la última dictadura cívico militar.
«Con inmensa felicidad, anunciamos el encuentro del nieto 133 y convocamos a periodistas y medios de comunicación a una conferencia de prensa».
De este modo, en el mediodía de ayer, el anuncio fue realizado formalmente en el auditorio de la Casa por la Identidad del Espacio Memoria y Derechos Humanos ex Esma, Av. del Libertador 8151, CABA.
«Con inmensa alegría Abuelas de Plaza de Mayo comunica la restitución del hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho, el nieto de la Abuela Nélida Navajas, una pieza fundamental de nuestra Asociación. Nélida partió en 2012 sin el abrazo anhelado y fue su nieto, Miguel “Tano” Santucho, quien se puso al frente de la búsqueda familiar junto a la institución. El nieto 133 hoy se encontrará con su papá, sus hermanos, su hermana y una familia enorme, atravesada por el terrorismo de Estado y también por una historia de lucha», fueron las palabras de las abuelas en el anuncio.
Su búsqueda
El nieto 133 se acercó a Abuelas de manera espontánea. Fue anotado como hijo propio por un integrante de las fuerzas de seguridad y una enfermera, el 24 de marzo de 1977. Desde joven, tuvo dudas de su identidad, fue criado como hijo único, con una hermana 20 años mayor que ya no vivía con ellos. Fue ella quien le confesó que no era hijo de quienes decían ser sus padres. En dos oportunidades, se enfrentó con el apropiador para saber la verdad, pero el hombre sostuvo siempre ser su padre biológico. Luego de la presentación correspondiente en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), se realizó la investigación documental para, finalmente, en abril de este año realizarse el examen de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) que confirmó su verdadera identidad.
La restitución
EL 26 de julio, el nieto 133 fue citado por la CONADI para comunicarle que es hijo de Cristina y Julio. Recién entonces se comenzó a notificar a la enorme familia Santucho dispersa por el país y el mundo. Cristina tenía la voluntad de que buscaran a su hijo. Nélida honró de forma extraordinaria esa voluntad y murió buscando a su hija y a su nieto.
Hoy sus compañeras, los nietos y nietas encontrados, los hermanos que –como el Tano– se ponen al frente de la búsqueda, honramos a Nélida y a todas las Abuelas que nunca perdieron la esperanza de encontrar a sus seres queridos. Y, por supuesto, honramos a nuestras hijas.
Seguiremos buscando al hijo de Alicia D´Ambra, al de Liliana Delfino y a todas las nietas y nietos que faltan. Porque cada restitución es un acto de reparación para las familias, de verdad y justicia para la sociedad, y de memoria para las futuras generaciones. Es la reafirmación de que la sociedad argentina decide no olvidar y sostener las políticas públicas que permiten conocer la verdad sobre lo ocurrido durante la última dictadura cívico militar.
El origen de cada apropiación nos recuerda lo violento y asesino que puede ser el Estado al servicio de la opresión y el terror, pero las restituciones ponen de manifiesto el valor de la vida democrática, los derechos conquistados y las libertades ganadas.
Entre todas y todos, cada día, debemos defender, sostener y garantizar nuestra democracia, erradicando el odio, el negacionismo, la construcción del otro como enemigo, y poniendo el amor y el bien común como horizonte.
Fuente consultada: Asociación Abuelas de Plaza de Mayo.