Los fiscales y el particular damnificado que intervienen en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, cometido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, pidieron el miercoles 25 de enero, que los ocho acusados sean condenados a prisión perpetua como coautores del delito de «homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas» en concurso ideal con las «lesiones leves» por la golpiza a los amigos de la víctima.
Tras más de diez horas de alegatos ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores, el pedido de los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García; y de los abogados de los padres de la víctima recayó sobre Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23).
Exposición de la fiscalia.
En las casi dos horas que duró su alegato, García repasó con la exposición de unas filminas la prueba presentada a partir de los testimonios de cuatro amigos de Fernando y tres empleados del boliche «Le Brique» de Villa Gesell, para referirse al incidente en el interior del lugar, que consideró «el móvil» que generó que lo mataran afuera.
La fiscalía exhibió las imágenes captadas adentro del boliche y analizadas por la Policía Federal Argentina, donde, según dijo García, «se observa a Máximo Thomsen señalando a alguien».
«Estamos convencidos de que era a Fernando y luego hace un gesto amenazante», expuso el fiscal.
Luego se reprodujeron en la sala de audiencias los videos sincronizados del momento en que son expulsados del boliche tanto el grupo de acusados como el de Fernando.
García dijo que tras la expulsión de «Le Brique», los acusados permanecieron «alrededor de siete minutos cerca de Fernando y sus amigos, acordando durante ese período de tiempo matar a Fernando Báez Sosa esperando el momento adecuado para hacerlo».
El abogado defensor Hugo Tomei cuestionó técnicamente la reproducción del video analizado por García porque entendió que «se asemeja más a una prueba que a un alegato» y que se trataba de «un montaje» y «una prueba nueva» no adecuada para esta instancia, planteo que fue rechazado por la presidenta del Tribunal, María Claudia Castro, quien dijo que el apoyo fílmico «es una metodología aprobada» y permitió que el fiscal siguiera adelante.
García continuó con su alegato e hizo referencia a que «la alevosía agrava la menor posibilidad de defensa de la víctima» por una «situación de indefensión» y que «esta indefensión puede provenir por la inadvertencia de la víctima y también ser provocada por el agente».
En cuanto al concurso premeditado de dos o más personas, señaló que puede «ser instantáneo», «no requiere mucha deliberación» y que en este caso los imputados «siete minutos antes de iniciar el ataque se encontraron en la misma vereda a pocos metros de Fernando».
«De alguna manera en este hecho hubo una estrategia o una planificación de cómo iniciar el ataque», dijo.
El fiscal indicó que entre los ocho acusados «no hubo roles, todos hicieron todo, todos se pusieron de acuerdo para matar a Fernando, todos lo golpearon».
«No hubo pelea, obviamente que no hubo pelea», afirmó García, quien se refirió además la patada que dejó una impronta en el rostro de la víctima, y que de acuerdo a las pericias realizadas fue hecha con la zapatilla Cyclone que pertenecía a Thomsen: «Los toreros se llevan la oreja del toro, eso fue dejarle el sello a Fernando».
Luego reiteró que «hubo concurso premeditado de dos o más personas que se pusieron de acuerdo para matarlo y eligieron esa manera, con múltiples golpes de puño y patadas, sobre todo a la cabeza», por lo que aseguró que «no hay posibilidad» de encuadrarlo como «riña o agresión», tal como se presume que intentará demostrar la defensa.
Al igual que en las audiencias anteriores, los padres de Fernando, Silvino Báez y Graciela Sosa, estuvieron presentes durante toda la jornada que continuó por la tarde del miércoles con los alegatos de sus abogados Fernando Burlando, Fabián y Facundo Améndola.
Prosiguió a la exposición del fiscal García, el Doctor Juan Manuel Dalia, también fiscal a cargo de la investigación de la causa.
En su alegato, Dávila aseguró que los ocho imputados son «coautores» del homicidio porque tuvieron «el co-dominio del hecho, la posibilidad de emprender, proseguir y detener el curso causal del delito».
De esta manera, el fiscal ratificó la acusación que postuló al comenzar el juicio el 2 de este mes, al afirmar que todos los imputados tuvieron una participación activa en el crimen del joven estudiante de abogacía.
Ambos fiscales, pidieron ante el Tribunal la prisión perpetua para los ocho acusados del crimen de Fernando Báez Sosa tras precisar en su alegato de cierre dónde se encontraba cada uno de ellos al momento de la agresión y cómo intervinieron en el ataque frente a «Le Brique».
–Blas Cinalli: consideraron que «no hay dudas de que le pegó» a Fernando. Dávila rechazó el presunto contacto en el interior del boliche al que se refirió este acusado al declarar para tratar de justificar el hallazgo de material genético suyo en un dedo meñique de la víctima. Dijo que «lo único que intentó fue ponerse en una mejor situación procesal». De acuerdo al video que registró el ataque desde enfrente, se vio cómo es «agarrado de la pierna» mientras le pegaba a Tomás D´Alessandro, amigo de la víctima, y que luego se dirigió hacia la calle y regresó a la parte trasera del auto. –
Enzo Comelli: A partir del testimonio de Juan Bautista Besuzzo, amigo de Fernando, lo señalaron como quien le «propina un golpe de puño» desde atrás a la víctima, quien «cae al piso casi inconsciente». Le pegó también a otro amigo, lo que «acredita que todos hicieron todo». En los videos se observa que le pegó a D´Alessandro y luego a otro de los amigos de Fernando que cayó sobre el capot de un auto.
–Luciano Pertossi: Salió de la parte trasera del auto donde estaba D´Alessandro y fue hacia el lugar donde le estaban pegando a Fernando.
Según testigos, «es una de las personas que le pega en el piso», y además se halló ADN compatible con la víctima en un pantalón gris que usaba él. –
Lucas Pertossi, Un video lo mostró en «el sector donde le están pegando a Fernando». Es, además, la persona que filmó el inicio del ataque, que se ubicó a lado de Fernando y uno de los que le pegó. «Es imposible que no le haya pegado»., dijo Dávila y agregó: «Aparte de agredir a Fernando es una de las personas que también libera la zona a los efectos de que el ataque se pueda realizar (…) Se queda observando qué es lo que ocurría» y a envió el audio de «caducó» al grupo que compartían los acusados. –
Matías Benicelli: «Sale del sector donde le están pegando a Fernando y se dirige hacia la parte de adelante», precisó Dávila, quien indicó que este acusado «le pegó a Fernando». Además, en sus zapatillas, el pantalón y la camisa que tenía colocados «tenían sangre» de la víctima.
-Ayrton Viollaz: «Sale del sector donde le estaban pegando a Fernando y se dirige a la parte delantera del auto donde se interpone a todo aquel que se quería acercar», dijo García. «No hay ninguna duda que agredió físicamente a Fernando», sostuvo, por su parte, Dávila, y explicó que la acusación guarda relación con las lesiones que presentaba en sus nudillos. –
Ciro Pertossi: golpeó de manera simultánea con Comelli a la víctima en el inicio del ataque. Le pegó también a un amigo de Fernando, lo que acredita, según los fiscales, que «todos hicieron todo». Según el testimonio de Lucas Filardi es uno de los que «le pegó patadas en el piso a Fernando». Tras el ataque, «con su mano izquierda se limpia los nudillos de la derecha y una vez que culmina, con el uso de su boca también se limpia sus manos».
-Máximo Thomsen: al igual que a Ciro Pertossi, se lo vio «todo el tiempo en el sector donde le están pegando a Fernando». Dávila se refirió a «la ira y la furia» luego de recibir un golpe de Fernando adentro del boliche. Sostuvieron los fiscales que, según testigos, fue «el que más le pegó a la víctima» en el piso, con «puntinazos» y «patadas en la cabeza» con las que «se aseguraba que no se levantase». A los testimonios sumaron la prueba pericial, que halló sangre de Fernando en sus zapatillas. Además, una pericia scopométrica determinó que «dejó la impresión en el maxilar izquierdo de Fernando»
Antes de concluir la exposición ante el TOC 1, Dávila pidió, además, que se inicie una causa por falso testimonio para Juan Pedro Guarino -imputado en el inicio de la causa y sobreseído en abril de 2021- y Tomás Colazo -quien nunca estuvo acusado, pero fue mencionado por el particular damnificado como «el sospechoso número 11»- al considerar que evidenciaron contradicciones al declarar en el debate.
El pedido del PARTICULAR DAMNIFICADO
Burlando adhirió al pedido de la fiscalía, sostuvo que «todos» los imputados tuvieron la «voluntad de matar» y planearon una «cacería humana», mientras que la víctima fue «fusilada a golpes y patadas».
«La imagen de Fernando de rodillas pidiendo clemencia. Esa es la imagen que para esta representación justifica ni más ni menos el pedido de prisión perpetua para los acusados», afirmó el letrado, quien adhirió al alegato de la fiscalía y señaló que Fernando «fue objeto» de «una cacería humana».
«Todos, absolutamente todos participaron, todos asesinaron a Fernando», remarcó Burlando, quien luego le cedió la palabra a Facundo Améndola, quien realizó una detallada reconstrucción de la secuencia del hecho.
Seguidamente expuso Fabián Améndola, quien hizo hincapié en que los acusados tuvieron un «perfecto estado de conciencia» antes, durante y después del hecho, descartando una posible intoxicación alcohólica.
También dijo que que hubo una «convergencia funcional» de todos los acusados «en la forma en que fue ejecutado» Fernando.
Antes de terminar la audiencia, Burlando hizo reproducir una serie de videos sobre el momento del hecho para ilustrar su exposición sobre cada uno de los imputados, a los que calificó como «una manada de asesinos».
Finalmente, Burlando pidió la prisión perpetua para los ocho acusados como «coautores» de los mismos delitos que señaló la fiscalía.
Al concluir, el tribunal pasó a un nuevo cuarto intermedio cuando el pasado jueves 26 fue el turno de alegar del defensor Tomei, quien buscó una calificación del hecho más leve y con una menor pena en expectativa.
Alegatos de la defensa.
El defensor de los ocho acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, consideró en su exposición que los rugbiers deberían ser absueltos en el juicio debido a la «incongruencia» entre la elevación a juicio y la acusación en los alegatos y pidió que, de no ser así, sean condenados por el delito de «homicidio en riña», que prevé una pena máxima de seis años de prisión.
A continuación planteó que, subsidiariamente, en caso de que los declare culpables sea por «homicidio simple con dolo eventual» y que el Tribunal distribuya sus participaciones, o por el delito de «homicidio preterintencional».
«No hay dolo, no se pudo comprobar el plan para matar en esos siete minutos, no hubo estado de indefensión, sí hubo una agresión», aseguró Hugo Tomei, quien además solicitó la nulidad del secuestro de los teléfonos celulares y las prendas de vestir de los imputados al momento ser der detenidos ya que «no se los comunicó los derechos que los asistían».
En el inicio de su alegato, que comenzó poco después de las 12 horas del jueves 26 y se prolongó por aproximadamente una hora, Tomei adelantó que pediría la absolución de los ocho acusados por el delito de homicidio agravado por alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas», al destacar «incongruencias» entre el la acusación del requerimiento de elevación a juicio y la formulada en los alegatos de ayer.
Además dijo que el hecho por el cual fueron imputados los rugbiers «no está probado» y que los acusadores «probaron otro hecho» durante el debate.
Tomei aseguró, entre otras cosas, que «no está el dolo», que «el perito (forense) no pudo determinar cuál de los golpes causó la muerte» de Fernando y que «nunca hubo un plan para matar»,
Por tal motivo, dijo que el hecho «se encuadra en un homicidio en agresión conocido como riña», previsto en el artículo 95 del Código Penal, por lo que «con la pena que están cumpliendo de tres años quedarían todos en libertad».
«No me quiero imaginar», dijo en tono irónico ante la posibilidad de que sus asistidos puedan llegar a ser liberados, tras lo cual insistió: «Pero bueno, creo que ese es el adecuado contexto jurídico en que una sentencia a mí criterio debe ser dictada»
Tomei dedicó gran parte de exposición a cuestionamientos procesales sobre la acusación de los fiscales y los letrados del particular damnificado durante sus alegatos de ayer, en los que pidieron reclusión perpetua para los ocho acusados.
«Después de los largos alegatos de ayer me estoy encontrando con otro hecho. Pareciera llamativo lo que estoy diciendo, pero si el objeto está descripto en la requisitoria, lo que ayer nos pasó es escuchar (otras) cosas», expresó el letrado, al asegurar que de lo surgido del debate se ve «afectado el principio de congruencia».
«Si son ocho los que tienen un altercado adentro del boliche, no puede ser uno, son ocho», dijo en referencia al incidente entre los imputados y Fernando Báez Sosa dentro del local bailable «Le Brique» de Villa Gesell que, para los acusadores, derivó en el crimen cometido minutos después.
En un tramo de su exposición, el defensor hizo parar a los acusados a Ayrton Viollaz, a Luciano y Lucas Pertossi y a Máximo Thomsen -«el monstruo», lo llamó con ironía-, mientras repetía las referencias hacia ellos volcadas en la elevación a juicio del caso, que a su entender no se condicen con los lineamientos de la acusación de ayer.
«No hay duda de que toda la evidencia está contaminada, absolutamente toda», agregó el defensor, quien antes había cuestionado el tenor mediático del caso.
Tomei puso también en duda los testimonios brindados en el debate por el custodio de «Le Brique», Alejandro «Chiquito» Muñoz, al considerar que si vio lo sucedido desde el lugar donde indicó en un croquis incorporado a la causa es «el hombre nuclear con el ojo biónico».
En la misma línea, puso en duda las precisiones aportadas por Tomás Bidonde, otro de los testigos del debate oral, y agregó: «Los testigos inconscientemente fueron asumiendo una posición que tiene como contrapartida una sentencia difícil de hacer».
Finalmente, el defensor expresó: «Espero que la sentencia sea justa, va a ser acatada».
Minutos antes del inicio de los alegatos de la defensa, Graciela Sosa, madre de Fernando, dijo sus últimas palabras ante el tribunal, tal como contempla la Ley de Víctimas.
«La verdad que nunca pensé que estaría en este lugar. Siempre pensé que algún día mi hijo se recibiría y estaría viendo cómo él defendería a la gente, pero nunca que estaría presenciando el asesinado de mi hijo», dijo Graciela, tras lo cual pidió que los acusados «paguen lo que hicieron».
Tras finalizar su exposición argumentativa, el defensor Hugo Tomei hizo poner de pie a cada uno de los acusados indiquen para decir unas últimas palabras ante el Tribunal que antes había informado a los acusados sobre los derechos que le asisten.
Los ocho acusados, utilizaron la expresión “DISCULPAS”, mientras que otros se refirieron al PERDÓN que ofrecieron a la familia de Fernando y a todos quienes se vieron afectados por el crimen, así como la situación de las familias de los acusados.
Terminadas las palabras de los acusados, se cerró la etapa de alegatos, informando en ese acto el tribunal que la fecha en que se dará a conocer la sentencia para el día 6 de febrero.
Enviados especiales – Agencia de Noticias Telam.













