Con la realización de la audiencia Nº 10, llevada a cabo ayer viernes, en la Ciudad de Dolores, concluyó la segunda semana del juicio oral por el crimen de Fernando Báez Sosa, asesinado a golpes en la madrugada del 18 de enero de 2020 al salir del Boliche bailable “Le Brique”, de Villa Gesel.
El pasado lunes 9 de enero, prestó su testimonio la médica emergentologa que llegó en la ambulancia que asistió a Fernando Báez Sosa luego de que fuera atacado fuera del boliche aseguró que la víctima «tenía varios hematomas en su rostro», entre ellos «una marca rara en la zona de la mandíbula».
La médica Carolina Giribaldi Larrosa en su declaración dijo que «Fernando estaba fallecido, no tenía ningún signo vital«, al recordar el momento en que llegó a asistir a la víctima. Giribaldi Larrosa señaló que Fernando «lamentablemente falleció de un derrame cerebral masivo producto de traumatismos y no por un RCP mal hecho».
«Nunca Fernando respondió a los estímulos», concluyó la médica.
Durante la jornada de la audiencia 7, el auxiliar de la Fiscalía General de Dolores Javier Pablo Laborde, a cargo de analizar los teléfonos de los imputados, continuó su testimonio que había comenzado el día anterior y leyó cada uno de los mensajes y audios que los acusados se enviaron entre sí y a otros amigos mediante Whatsapp en los instantes posteriores al crimen de Fernando Báez Sosa.
El análisis de los mensajes, simultáneamente eran reproducidos en una pantalla y que fueron seguidos con atención tanto los padres e Fernando como por los ocho jóvenes que llegaron a juicio por el asesinato.
«Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia… caducó«, decía el audio que pocos minutos después del crimen de Fernando, envió el acusado Lucas Pertossi (23) al resto de los imputados mediante el grupo de whatsapp «Los Boca3», que todos excepto Ayrton Viollaz (23) conformaban.
Blas Cinalli (22), quien hasta ahora no había sido mencionado por los testigos que declararon en el juicio, fue quien también les manifestó a otros conocidos: «Creo que matamos a uno», «le dimos murra a uno con el ‘perto’, lo recargamos a palo, pero mal. Nos vinimos corriendo a la casa», «nos vamos a la playa. Previa en casa, vienen todas las gatas» y «yo sólo quiero tomar vino y fumar flores«, según reprodujo el testigo, quien debió leer esos textos frente a los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez.
También fueron incorporados como prueba durante la jornada otros que se referían a la llegada de la policía a la casa de veraneo alquilada por los rugbiers y uno en el que uno de ellos advertía a los demás: «Chicos no se cuenta nada de esto, a nadie.»
El único del grupo cuyo celular no fue localizado en el domicilio allanado ni en los dos autos estacionados allí fue el de Viollaz, aunque tampoco forma parte del grupo «Del Boca3», en el que sí estaba el resto de los imputados, y también Guarino y Milanesi, los dos sobreseídos en la causa.
También declararon en la séptima audiencia, del pasado martes 10 de enero, dos peritos que confirmaron que Fernando tenía una impronta de 6 centímetros por 2 en la parte inferior del maxilar, compatible con la zapatilla de Thomsen, y otra en el cuello, aunque en este caso sin poder precisar si correspondía al mismo golpe y calzado.
Respecto de la lesión principal, María Eugenia Cariac, perito de Policía Científica, indicó que se estableció «una correspondencia» entre ella y la zapatilla marca Cyclone «con diseño en zigzag», que usaba Thomsen al momento del ataque, aunque sugería «una prueba más profunda» para para «corroborar si había correspondencia de diseño».
En ese sentido, Haydeé Almirón, jefa del Laboratorio Científico de la Policía Federal en Mar del Plata, amplió que otra pericia comparativa scopométrica realizada a fines de mayo de 2020, se determinó que «no hay posibilidad de error» y que «la plantilla que pertenece al ciudadano Máximo Thomsen se corresponde a la huella en el maxilar inferior izquierdo».
Los padres de Fernando convocaron a una «oración interreligiosa» y a una «colecta solidaria»
En esa misma jornada, los padres de Fernando Báez Sosa convocaron para el próximo 18 de enero, al cumplirse tres años del homicidio de su hijo, a una «oración interreligiosa» y a una «colecta solidaria» en la ciudad de Dolores para convertir el «profundo dolor por la ausencia» en «solidaridad y ayuda para los demás, como él querría».
Tras finalizar la séptima audiencia del juicio, Graciela y Silvino Báez leyeron un comunicado para difundir el acto. «Tres años sin Fernando, queremos paz y justicia y añadió que «El encuentro será en el anfiteatro de la ciudad de Dolores a las 19. Los invitamos a colaborar ese mismo día con una colecta solidaria acercando un alimento no perecedero o útiles escolares que serán destinados a distintas entidades».
En la audiencia numero 8, del miércoles 10 de enero, testificaron los peritos que realizaron la extracción y análisis de los rastros hallados en las prendas de los ocho jóvenes acusados.
Según indicó ante tribunal Graciela Noemi Parodi, efectivo de la Policía Científica, ambos calzados, marca Cyclone usados por Thomsen en la madrugada del 18 de enero de 2020 presentaban «presunto tejido humano».
Parodi fue la primera testigo de la octava jornada de debate que se le sigue a los ocho imputados, y repasó cómo fue el trabajo de extracción de muestras de rastros realizado sobre cerca de cien prendas secuestradas a los acusados y también de la víctima.
Por su parte, Norma Beatriz Tramontini, del Laboratorio Químico de la Policía Departamental de Dolores, precisó que dos evidencias obtenidas de la zapatilla derecha arrojaron tras su análisis resultado positivo para sangre humana, mientras que otra mancha hallada en el lateral derecho de la izquierda no pudo ser peritada porque «era muy pequeña».
Las mayores precisiones fueron aportadas por un informe que presentó ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores, César Guida, forense genetista del Ministerio Público que tuvo a su cargo las pericias durante la instrucción de la causa.
Según este informe, tanto el calzado de Thomsen (23) como la camisa de Benicelli (23) y otras cuatro prendas de algunos de los rugbiers tenían manchas hemáticas que coincidían con las muestras correspondientes al joven asesinado.
En ese sentido, aseguró que ambas zapatillas marca Cyclone talle 40/41 usadas por Thomsen la madrugada del crimen tenían en total tres rastros de sangre de la víctima. Se trata del mismo calzado cuya impronta quedó marcada en el maxilar inferior de Fernando, tal como confirmó una pericia scopométrica.
A su vez, Guida detalló que rastros de material genético obtenidos a través de un hisopado realizado en el dedo meñique de la mano izquierda de Báez Sosa mostraron «coincidencia con el perfil de la muestra» perteneciente a Cinalli (21).
El noveno día de testimonios había comenzado cerca de las 10.30 y tuvo como eje la declaración de los cuatro peritos de la PFA,: Bruzzese, declararon Yanina Cuenca, Agostina Matticoli y Ricardo Gabriel Pisoli, quienes aseguraron que las capturas cuadro por cuadro de esas imágenes permitieron ubicar en el lugar del crimen a los ocho imputados.
Precisaron también que en los videos pudo identificarse a Alejo Milanessi (22), imputado en el inicio de la investigación y sobreseído en abril de 2021. A su vez, señalaron que fue reconocido en el lugar, sobre la vereda y a pocos metros del cuerpo de la víctima, Tomás Colazzo (19), un amigo de los acusados a quien el particular damnificado apuntó siempre como «el sospechoso número 11», quien era menor al momento del homicidio
Durante la reproducción de las imágenes, Luciano Pertossi se mostraba inquieto, hasta que decidió levantar la mano y su defensor pidió que le permitieran declarar.
Los testigos de la Policía Federal Argentina (PFA), lo identificaban como uno de los agresores directos de Fernando Báez Sosa al analizar un video durante el juicio por el crimen.
«Lucano Pertossi quiere hacer una aclaración», dijo entonces el defensor Hugo Tomei, y la presidenta del tribunal, María Claudia Castro, pidió a los peritos que se retiraran de la sala para darle la palabra al imputado.
Pertossi, frente al tribunal dijo: «Quiero aclarar algo. ¿Lo hago? Yo no estaba ahí».
El fiscal Gustavo García le pidió luego precisiones sobre «¿donde estaba usted en ese momento?», pero el acusado se negó a responder, al igual que hizo cuando el representante del Ministerio Público preguntó quién era la persona de negro que aparecía en el video detrás de un auto.
«Ya aclaré eso. No quiero responder ninguna otra pregunta. No se molesten en hacer otra pregunta. No voy a responder«, aseguró el imputado y mantuvo la postura cuando el particular damnificado quiso interrogarlo.
Fue la primera vez que los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez, escucharon personalmente la voz de alguno de ellos.
Por último, declaró Francisco Mateo Santoro, que cerró la novena jornada de testigos en el debate que se lleva adelante en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores.
Santoro, es un amigo de Pablo Ventura, el remero de la localidad bonaerense de Zárate. incriminado falsamente en la causa, quien aseguró que a los rugbiers imputados «les divertía pelear» y que uno de ellos, Lucas Pertossi, formó parte de un grupo de jóvenes que en enero de 2019 agredieron a la salida de un boliche a un chico que terminó hospitalizado con una fractura de cadera.
Los peritos aportaron, además, un croquis con el presunto lugar de cada uno de ellos al momento del ataque a Fernando.
Tras la audiencia del día jueves 12, marcada por la sorpresiva declaración de Luciano Pertossi (21), declararon en la audiencia Nº 10, cerrando la segunda semana del juicio oral, los testigos Verónica Onieva y Javier Timoteo, son miembros del cuerpo de Bomberos Voluntarios de Gesell, que asistieron a Báez Sosa minutos después de ser atacado frente al local bailable ubicado sobre Avenida 3.
Luego fue el turno de Pablo Gastón Zapata, un joven de Zárate que semanas antes del crimen de Fernando había denunciado a uno de los imputados por una presunta agresión en esa localidad del norte bonaerense.
Zapata dijo que semanas antes de ese hecho el rugbier Lucas Pertossi, uno de los ocho acusados por el asesinato, lo golpeó y lo amenazó con matarlo y robarle la moto en la ciudad de Zárate.
Al retirarse de los tribunales de Dolores, el abogado Burlando concluyó que el testigo que acusó a Lucas Pertossi de un ataque previo demostró un «modus operandi» en el accionar de los imputados.
De la jornada de ayer, participaron colo lo hicieron desde el comienzo del juicio oral, los ocho acusados: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21) y Ciro Pertossi (22).
Fuente: Agencia Nacional de Noticias Telam
Fotografia: Izquierdo Diego.
El juicio oral, continuará la semana próxima con testimonios presentados por la defensa a cargo del letrado Hugo Tomei,