La ciencia dice que sí. Un estudio reveló que quienes hacen home office duermen mejor, tienen menos estrés y mejor bienestar mental
Menos tiempo viajando y más control sobre el entorno laboral = más felicidad.
Los trabajadores remotos reportan mayor compromiso… aunque también algo más de soledad. Por eso, el equilibrio importa.
El modelo híbrido suele ofrecer lo mejor de los dos mundos: productividad y bienestar.
Según Forbes, los trabajadores remotos son en promedio un 20% más felices. ¿Las claves? Flexibilidad y autonomía.
Conclusión: trabajar desde casa puede hacerte más feliz, pero lo ideal depende de cada persona y de encontrar el balance justo. © Post media.