El 3 de mayo fue proclamado como el Día Mundial de la Libertad de Prensa en 1993, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, siguiendo la recomendación de la Conferencia General de la UNESCO.
La fecha se eligió para que coincidiera con el aniversario de la Declaración de Windhoek, en la cual los representantes de medios de comunicación africanos que participaban en un seminario organizado por la UNESCO en la capital de Namibia, elaboraron un documento donde se recogían los principios de la libertad de prensa.
En dicha Declaración se plantea el desarrollo de una prensa libre, independiente y pluralista como elemento esencial para el desarrollo y mantenimiento de la democracia en las naciones del mundo.
Asimismo, se expresa de manera tajante que el concepto de prensa independiente tiene que ser entendido como una prensa autónoma, donde los poderes públicos no tengan ninguna participación ni control, ya sea de índole económico o político.
Tras 30 años, la conexión histórica establecida entre la libertad de buscar, difundir y recibir información y el bien público sigue siendo tan relevante como en el momento de su firma.
Según establece el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la libertad de expresión es un derecho fundamental: «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión».
Tema 2024: «Prensa para el planeta: El periodismo ante la crisis ambiental».
Este 2024, el Día Mundial de la Libertad de Prensa está dedicado a la importancia del periodismo y la libertad de expresión en el contexto de la actual crisis medioambiental en todo el mundo.
La concienciación sobre todos los aspectos de las distintas crisis medioambientales y sus efectos es esencial para construir sociedades democráticas, y la labor periodística juega un papel fundamental para responder a esta crisis.
Los periodistas se enfrentan a grandes desafíos a la hora de buscar y difundir información sobre temas de actualidad, como los problemas de las cadenas de suministro, la migración climática, las industrias de extracción, la minería ilegal, la deforestación o el cambio climático. Garantizar la visibilidad de estas cuestiones es crucial para promover la paz y los valores democráticos en todo el mundo.
En el contexto de la triple crisis planetaria mundial -cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación atmosférica-, las campañas de información errónea y de desinformación ponen en tela de juicio los conocimientos y los métodos de investigación científica. Los ataques a la validez de la ciencia suponen una grave amenaza para el debate público plural e bien informado. De hecho, la información errónea y falsa sobre el cambio climático puede, en algunos casos, socavar los esfuerzos internacionales para abordarlos.
La desinformación y la información errónea sobre cuestiones medioambientales pueden provocar una falta de apoyo público y político a la acción por el clima, a políticas eficaces y a la protección de las comunidades vulnerables afectadas por el cambio climático, así como de las mujeres y las niñas, ya que el cambio climático tiende a exacerbar las desigualdades existentes.
Para lograr un desarrollo sostenible, los periodistas deben transmitir información precisa, oportuna y exhaustiva sobre los problemas medioambientales y sus consecuencias, así como sobre las posibles soluciones.
Esto requiere una estrategia global que se asegure que la gobernanza de las plataformas digitales conduce a la transparencia de las empresas de tecnología, su rendición de cuenta y debida diligencia, el empoderamiento de los usuarios y la moderación y curaduría de contenidos en función de los estándares internacionales de derechos humanos, como se indica en las Directrices de la UNESCO para la Gobernanza de las Plataformas Digitales.
Premio Mundial a la Libertad de Prensa UNESCO/Guillermo Cano
El Premio Mundial a la Libertad de Prensa UNESCO/Guillermo Cano fue creado en 1997. Anualmente distingue a una persona, organización o institución que haya contribuido de forma notable a la defensa o promoción de la libertad de prensa en cualquier lugar del mundo, especialmente, si tal contribución se realizó bajo circunstancias de riesgo.
El Premio fue establecido por iniciativa del Consejo Ejecutivo de la UNESCO y es otorgado oficialmente por el Director General de la Organización, en ocasión del Día Mundial de la Libertad de Prensa.
Su nombre honra a Guillermo Cano Isaza, un periodista colombiano que fue asesinado frente a las oficinas de su periódico El Espectador en Bogotá, Colombia, el 17 de diciembre de 1986.
Periodismo: una profesión esencial pero peligrosa
El periodismo es fundamental para el desarrollo sostenible, la protección de los derechos humanos y la consolidación democrática, pero sigue siendo una profesión peligrosa y, con demasiada frecuencia, mortal; y nueve de cada diez veces, el asesinato de un periodista no se resuelve.
Según el Observatorio de Periodistas Asesinados de la UNESCO de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, más de 1.600 periodistas han sido asesinados desde 1993.
Otras amenazas contra periodistas, en línea y fuera de línea, continúan creciendo, especialmente en zonas que no son de conflicto. El encarcelamiento de periodistas está en un nivel récord, mientras que la violencia en línea -particularmente contra mujeres periodistas- y el acoso estimulan la autocensura y, en algunos casos, las agresiones físicas.
Los periodistas también han sido cada vez más atacados mientras cubrían las protestas por parte de diversos actores, incluidas fuerzas de seguridad y participantes en las protestas.
Numerosos informes y estudios confirman que las amenazas afectan de manera excesiva a las mujeres periodistas y a quienes representan a grupos minoritarios.
Fuente: ONU /UNESCO